domingo, 30 de octubre de 2011

Notas de la Vieja Economia 2011/2015

El nuevo marco económico, donde nos vamos a desenvolver en los próximos 4 años, y si no lo solucionamos algunos dicen que serán 8 años, tiene ya su arquitectura básica.
Los economistas, llamados neocom o liberales al uso, del futuro equipo económico, marcan los ritmos de una transformación del 70%público y 30% privado, al 70% privado y 30% público.
Ese planteamiento básico es la materialización de la llamada liberalización. La idea se desarrolla en diferentes escenarios, por un lado la limitación al financiamiento público mediante la prohibición de déficit publico en parámetros mínimos.
La labor tradicional de infraestructuras públicas pasaran al campo de la iniciativa privada en dos sectores de tamaño relevante en la economía Sanidad y Educación, en una y otra, la potenciación de privatizaciones de servicios, cofinanciación del usuario, y reajustes en prestaciones, harán generar un poderoso sector privado vinculado con financiación público-privada y sujeto a mecanismos de mercado, tanto en actividad como en recursos.
Para ello el siguiente paso, o simultaneo, será la liberalización de relaciones laborales, bajo el prisma de empresa, la negociación empresarial de las condiciones de trabajo bis a bis, generando escenarios micro empresarial de marcos laborales-empresa.
La estructura fiscal, debe acondicionarse a estas ideas y pasaremos de un sistema directo a otro indirecto, donde los tributos se incorporaran en buena medida a los precios de mercado y se convertirán en automáticos para la gestión fiscal, amén de proyectar una neutralidad en las rentas de clases medias y altas (más IVA, más impuestos Especiales)
Este velo impositivo, emulara las iniciativas empresariales y el gasto de las rentas superiores a 20.000 euros, expansionando la demanda interna de la economía.
El paso de las liberalizaciones con desregularización, permitirá terminar la privatización empresarial iniciada por el PP en 2004, y simultáneamente, introducir nuevas regulaciones en energía (nucleares), apertura de mercados en la economía de servicios (la trasmutación de la ley ómnibus), reducción o regulación de los cuerpos funcionariales o en su caso la limitación o desaparición para pasar a ser laboralizados, procesos de concentración empresarial (finanzas, seguros.)
A la espera de poder ampliar nuevas pautas, estos escenarios, sin lugar a dudas supondrán impulsos económicos en la actividad, eso sí con una bajada de salarios del orden del 20%, una devaluación vía inflación del nivel de vida y una concentración privada de la economía, abriéndose las distancias en más de 20 puntos entre el 20% de la población con el otro 80%, tanto en calidad de vida como en la obtención de bienes y servicios de los ciudadanos.  

viernes, 21 de octubre de 2011

Crisis Municipal: los otros ingresos: Tasas y Precios Públicos

Parecía que en la habitual actividad de los Ayuntamientos, apenas fuera relevante los ingresos por tasas y precios públicos, los llamados ingresos por uso y utilización del dominio público, o por compensación de actos administrativos y en otro lado aquellos que se establecen por la prestación de un servicio público.
La tradicional indiferencia en los debates para el conjunto de estas figuras de recaudación, han hecho que cuando, como hoy en día, se debe de hablar poco de subida de impuestos, descubramos la compensación por prestación de servicio como algo normal , legitimo y para algunos de economía de mercado.
Razón esta que en estos tiempos de hartura social y vanagloria neoliberal, legitima el cobro de casi cualquier cosa.
Pues bien, aquí hay de todo, desde una tasa por casar o compulsar (dar fe de validez a un papel, acto que nadie comprende) un titulo o documento, hasta cobrar mensualidades por comedores, guarderías, basuras, aguas, vados o accesos a locales y garajes, terrazas de bares en las calles o en general usos de espacios públicos por sujetos privados, deporte, cursos formativos, culturales...
Existen fuertes  recaudaciones de estas figuras de ingresos, en los últimos 10 años se han duplicado en la mayoría de Ayuntamientos de más de 10.000 habitantes, sus recaudaciones representan en muchos casos el 20% del presupuesto anual, y si se cobraran por el coste real del servicio, o por el valor de mercado del dominio público, estaríamos hablando de un índice de multiplicación sobre el actual del 4 al 5, es decir el porcentaje actual sobre ese presupuesto nos llevaría a 5 veces más.
Vamos a simplificar, el resultado; desde el principio de los tiempos y por razones de carácter económico y social, dentro de una regla de calidad y control , los servicios de abastecimiento de aguas( potables y alcantarillado), son de tal índole de valor y responsabilidad, que  a estas fechas  salvo los pequeños Ayuntamientos y algún tardío a la modernización de Ayuntamientos medianos, se prestan por su coste, gracias al sistema de concesión privada o público-privada se ha llegado a prácticamente el 100% del coste, y donde no lo este debería de ser obligatorio por lo penal(ya que lo es por lo legal); esta será una sorpresa que se llevaran los ciudadanos de los más de 4500 municipios que tiendan a mancomunarse para estos y otros servicios, se encontraran tasas de más del triple del coste actual, pero esto será otra historia que abordaremos otro día.
Despejada esta importante figura, que da la segunda, Basuras, similar en su prestación, casi con los parámetros equivalentes de costes, recaudación y gestión, aunque en este caso un ligero desequilibrio, por la introducción de reciclado y recuperación de residuos, que conlleva costes elevados y no repercutidos en su totalidad.
En el resto tenemos dos bloques , uno primero que comprende el ejercicio de una actividad municipal, ojo no debemos de confundir la competencia con la prestación del servicio, y aquí está la diferencia de los próximos años,; la rigidez de la prestación con medios propios de un servicio, el apalancamiento financiero y rigidez de costes(crecientes)  en estos servicios, limitan la capacidad de gestión, o el ajuste en ciertos momentos en la prestación del servicio,; los problemas de productividad, los procesos constantes d e innovación y tecnología, la inestabilidad del mercado objeto de la prestación del servicio, genera fuertes incertidumbres; si a ello le incorporamos una deficiente determinación de costes y un cobro a veces “político” en el precio o tasas entonces el agujero económico puede alcanzar cifras de 6 a 7 ceros o en equivalencia presupuestaria a un déficit del total del presupuesto del 15%, y además de forma permanente y por tanto estructural.
El servicio de comedores de colegios o centros de asistencia, el servicio de guarderías o ludotecas, los servicios de uso de instalaciones deportivas y cursos de formación culturales, deportivos...
Estos servicios que comprenden la otra demanda del consumidor, que representan la demanda secundaria junto al ocio de los consumidores, los prestan los Ayuntamientos con cargo al déficit, de tal manera que los desequilibrios son del más del 90% del coste, y por consiguiente, un ritmo creciente de cargas laborales, y de suministros hacia el futuro.
El futro debe situarse en un modelo flexible, publico de responsabilidad pero privado de prestación, para desapalancar las administraciones, flexibilizar las mismas y mejorar la eficiencia y calidad del servicio, externalizar la prestación no es renunciar a la obligación sino mejorar la calidad del servicio con parámetros de coste razonable, así como crear una figura de tercero que ejecuta un precio al mercado desde una figura empresarial privada.
Otro segundo nivel es discriminar el precio en virtud de la capacidad de los sujetos (condiciones económicas, sociales y a veces de carácter físico o saludable) con baremos, bonificaciones o recargos según las circunstancias objetivas de los sujetos.
Y donde el universo de usuarios no presente el break-even, o la masa crítica tendrán que e incorporarse estos costes a los tributos directos (IBI) municipales.
El otro bloque es el cobro por el dominio público municipal y la prestación de competencias impropias de forma continuada, ello nos lleva a costes crecientes y persistentes para a veces situaciones límite como el nivel de paro actual o excesivos cuando hemos estado a menos del 8%, ello conlleva sobrecargas difíciles de eliminar, ya que se basan en cuerpos funcionariales que no pueden ser cesados de forma automática. Y en el ´ámbito del dominio público, las evaluaciones del suelo, o terrenos están minusvaloradas, hasta el punto que una terraza estándar en lugar de calle de tipo medio cuesta entre 1 y dos euros al día toda la temporada; es decir que les es más barato al hostelero la zona publica que la privada, pero con la mitad de un mes de alquiler privado pagan todo el uso público del año.
Debemos pues, introducir en el debate, ese elemento de igualación de los costes al valor del cobro del servicio, pero bajo la máxima de régimen de colaboración público-privada, o concesión, para no recargar en la gestión pública una actividad más propia de un empresario privado, por supuesto con las garantías de cumplimiento de los parámetros legales.
Los Ayuntamientos serán más pequeños, más flexibles mejor gestionados y más eficientes, y como no con menos, quizás con nada de déficit.

viernes, 14 de octubre de 2011

Asimetria en la Ruina Municipal

En tiempos de ruina, todos son males y nadie afronta los problemas, salvo el ciudadano en su entorno diario, porque ellos nos transforman en sujetos temidos y vilipendiados, y eso no es bueno cuando quedan 30 días para pedir el voto y cerrar un terrible ciclo de la economía de nuestro país.
Quiero iniciar en este texto una reflexión sobre solución a la crisis desde una perspectiva  municipal.
Los ayuntamientos sufren de diferente manera la actual crisis, la gestión y su eficiencia es desde luego la razón base de esta situación; para mas complicación las ideas neoliberales fijan o exigen una carencia absoluta en la subida de impuestos, unido a una reducción de lo público para mejorar lo privado y en épocas de referencias económicas, la reducción del déficit, que es como la reducción de inversiones, en infraestructuras  y por consiguiente de la deuda del municipio.
Pero existe una asimetría enorme entre los diferentes municipios de España, en al menos en el tributo de relevancia el IBI o Impuesto de Bienes Inmuebles, el cual representa al menos el 20/25% de sus ingresos; que además mide o censa servicios como el servicio de agua, basura y marca la dimensión de la ciudad.
Al margen de la necesaria reforma del citado tributo, para flexibilizar su aplicación entre diferentes hechos imponibles,  cuestión esta que viene siendo reclamada por todo el espectro político; presenta una aplicación desigual en las diferentes ciudades.
Si revisamos los diferentes tipos impositivos según los estudios que realiza cada año Ayuntamiento de Madrid en su Ranking Municipal, observamos que el centro de gravedad del citado tipo es del entorno del 0,7, con horquillas entre 1,01 y 0,4.
Con una traducción absoluta a la recaudación del ayuntamiento de Albacete estaríamos hablando de pasar desde su tipo actual del 0,423 al 0,7 de tipo medio con un incremento de recaudación de 17 mm de euros.
El incremento anual seria de un 70%, lo cual podría ocasionar un terremoto político, pero en términos relativos estaríamos en una presión fiscal media del país.
Y esto es así porque se dice, que no hay que subir los impuestos: el alcalde de Sevilla, y es que cobra 0,847, la de Ciudad Real un 0,96, el de alicante 0,97, la de Cádiz 1,01.
En realidad es que con estos tipos tan altos tiene los ayuntamientos en quiebra, y ahí entra la eficiencia, y claro cómo van a subir más si en Albacete después de 10 años cobran un tipo menor que el de 1999, y hay que ver la ciudad.
Es básico realizar la reflexión y consultar estos tipos de cada ciudad porque miden si todos los ayuntamientos están en el mismo plano o simplemente se falsea la realidad y por tanto los argumentos.

martes, 11 de octubre de 2011

Austeridad y salarios, una relación oportunista.

Inmersos en un profundo cambio político, que sin lugar a dudas traerá un idéntico cambio en el tejido social y en aquellos ámbitos del  mismo; resulta preciso, en aras a un proceso con mesura y con la intención de evitar procesos sistémicos en este nuevo entorno; debemos meditar sobre las bases del inicio del proceso: la austeridad como impulso del cual se pretenden deriven el resto de cambios.
Si bien, es cierto que la necesidad de medidas de austeridad en la gestión de lo público, es notoria y necesaria; al albur de la persistencia de la crisis que ha reducido la actividad de la economía en un 20% en su conjunto y que provoca un impacto de más del 30% en los ingresos públicos.
Pero sobre esta base, en vez de modelizar un modelo fiscal en ingresos y gastos, que supondría sin lugar a dudas una presión adicional sobre los ocupados de la economía, parece conveniente por culpa de una cita electoral el 20 de noviembre, desarrollar un modelo temporal que permita ajustes violentos en la estructura actual, y que pretende la comprensión e incluso la colaboración de los afectados.
Se trata de crear un panorama sin salida inmediata, donde se confunde los problemas de liquidez de la hacienda pública con sus desequilibrios de ingresos y gastos, y todo se suma conjuntamente, de tal manera que 4 o 5 nóminas pendientes , 6 o 7 meses sin cobrar facturas, convencen a los usuarios de la fatal situación.
Técnicamente  el culpable es el que estaba, por lo que se hace virulenta la medida, puesto que el citado no tiene autoridad moral para defenderse, y además los ciudadanos están en clave de evitar impuestos a sus bienes y rentas, por lo que colaboran consciente o inconscientemente con la medida.
Pero para alimentar el sistema, es preciso marcar a los colectivos causantes o al menos a los que son menos considerados por los ciudadanos: clase  política.
Y se llega al ajuste, menos cargos, menos fondos a los partidos, menos partidos, menos representación, menos política...y ello sin medida de tal manera que en cifras resulta ridículo el ajuste en cualquier ámbito territorial, pero implica un ajuste democrático de peligrosa consecuencia, se dice de restar  50 diputados, 5.000 municipios, 50 senadores, 20% en concejales, cero personal de dirección en centros públicos, asignaciones a partidos representados…
Al final, que, si el sistema no se salva con un ajuste del 1% de los gastos públicos, a ver si lo que interesa es eliminar  los controles que nuestra constitución establece en el ámbito de la oposición y menoscabar la capacidad de los partidos para tener información y conocimiento detallado de los acuerdos y decisiones que pueden alterar nuestro sistema educativo, sanitario y social, y más aun en el detalle de la privatización y venta al mercado de los servicios públicos.

Lo curioso de este proceso que se desarrolla con gran inteligencia en estos mismos momentos, está en la utilidad que le esta reportado a los agentes patronales de forma directa,
El ambiente de caos financiero sumado a una persistente bolsa de parados, justifican ajustes en plantillas, y posteriormente salarios y horarios laborales; encadenándose un clima que lleva al aumento del paro por la austeridad y ajustes de índole privado y público (ojo: la demanda del trabajo es una demanda derivada de bienes, y en una economía sin gasto e inversión no hay demanda de bienes y en consecuencia perdura el paro, por mas reformas laborales que se hagan o pidan).
Y uno, escucha a los próceres, de provincias, en sus despachos de organizaciones y foros empresariales, todos debemos trabajar dos horas más y cobrar 200 euros menos, y que nadie se confié que quizás haya que hacer más recortes. El mercado laboral se rompe y la variable austeridad y ajuste, pasa a fijar los salarios ya fijados en las diferentes empresas y los parados siguen en el mismo sitio con expectativas de peores contratos, que pretenden reparar la crisis con menos derechos y mas precariedad, y sin recibir ni una oferta d empleo, porque de esta manera el mercado está cerrado y ellos solo representan el mal que los ocupados pueden recibir si no son buenos chicos.
La austeridad no es de derechas ni de izquierdas, es una conducta que siempre ha medido nuestros actos privados en mayor o menor medida, solo tiene y así lo hemos visto algunas carencias en lo público, pero ya decía un concejal que lo público por definición no es de nadie…… (Cada cual puede añadir la palabra que explique esta frase)