martes, 31 de mayo de 2022

Europa redujo municipios hasta 2016 buscando tamaños

 

La fusión de municipios, 

una necesidad urgente

La distribución de municipios en España, comparada con los países vecinos, evidencia que la fusión es algo imprescindible y urgente para evitar la desaparición definitiva de muchos. Reino Unido, Alemania, Suecia, Dinamarca, Austria o Noruega y más recientemente Grecia, Portugal o Italia son algunos casos de reducción drástica.

La crisis económica ha sido la causa última de un proceso que se ha venido desarrollando desde la finalización de la segunda guerra mundial.

España es el tercer país en número de municipios con 8.117 frente a 98 de Dinamarca, 466 de Reino Unido o 325 de Grecia. La media de habitantes por municipio es de 5.700 frente a los 56.000 de Dinamarca o los 136.000 del Reino Unido. Sólo cuatrocientos municipios españoles superan una población de 20.000 y casi 5.000 tienen menos de mil habitantes.

Municipios, provincias o diputaciones surgen a principios del XIX sin grandes cambios desde entonces. Los Ayuntamientos democráticos actuales asumieron cada vez más competencias impropias sin disponer de una financiación transparente e igualitaria. La duplicidad de estructuras ha hecho proliferar funcionarios, puestos de libre designación y asesores 'amigos'. Hemos tenido que sufrir gobernantes poco preparados y más preocupados por cortar cintas de inauguración de megaproyectos y rotondas que por las necesidades reales de modernización de nuestras ciudades.

Este sistema se pudo mantener gracias al urbanismo, pero el resultado fue un crecimiento descontrolado y una corrupción institucional endémica. Se hace imprescindible una reordenación de la Administración municipal que debe pasar por una fusión de estructuras que las haga viables. La Administración local es el depósito mayor de poder con que cuentan PP, PSOE, IU y nacionalistas. La fusión representa renunciar a una parte importante del control y por eso se oponen a perder sus privilegios.

Todos reconocen la necesidad de realizar esa racionalización de la Administración siempre que no se trate de 'mi pueblo', argumentando cuestiones sentimentales. Una propuesta de fusión de municipios debe basarse en datos sobre eficiencia. Muchos de los servicios que presta un Ayuntamiento pequeño serían más baratos si los realizara junto a los municipios de su entorno, pero solemos confundir la fusión administrativa con la desaparición de las tradiciones y las identidades de los pueblos. No se propone fusionar patrones ni eliminar fiestas populares, se trata de administrar mejor y más eficientemente además de reducir el número de concejales innecesarios.

Una propuesta así deberá contar con una clara distribución de competencias y de una ley de financiación basada en criterios objetivos e iguales para todos. La simple eliminación de las diputaciones nos ahorraría millones de euros con los que hacer frente a este proceso ya que se trata de dinero que se gasta sin ningún control democrático. Habría que garantizar que los servicios e infraestructuras se distribuyeran de forma equilibrada por todos los territorios atendiendo a las necesidades reales y garantizando el acceso de todos los ciudadanos independientemente del lugar en que vivan. Los medios técnicos actuales permiten una Administración en línea accesible a todos en cualquier lugar que vivamos sin necesidad de la presencia de una Administración física más propia del siglo XIX que del XXI. Este proceso ya se ha realizado en muchas áreas de la gestión pública como sanidad, educación o justicia.

La fusión de municipios deberá contar con un sistema de participación democrática que permita que los propios concejales elegidos sean los representantes legítimos de los distintos núcleos pequeños y que eviten sistemas clientelares e ineficientes como alcaldes pedáneos y estructuras puestas a dedo por el partido gobernante.

En definitiva, se ha de proponer una fusión de municipios avalada por estudios económicos serios sobre eficiencia y que garanticen el mantenimiento de los servicios esenciales y el acceso a ellos en igualdad de condiciones para todos, independientemente del lugar en el que uno viva.

desde 1970 Europa reordeno sus municipios y aun siguieron en los 2008 en Nederland..

 

El resto de Europa sí se ordenó

C. PUNZÓN / P. BLANCOREDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

En los 50 y los 70, varios países redujeron el número de municipios, y en los últimos dos años Grecia, Italia y Portugal han impuesto fusiones, por la crisis

24 mar 2012 . Actualizado a las 15:41 h.

El contexto económico actual ha devuelto a la actualidad el debate sobre la necesidad de revisar el mapa municipal de países y comunidades autónomas, en aras de suprimir los ayuntamientos más pequeños y, en general, menos dotados de recursos y servicios. Se trata de una controversia que ya recorrió Europa a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta del siglo pasado y a consecuencia de la cual la década de los setenta se erigió como una época de grandes reformas municipales. Así lo puso de manifiesto el propio Consejo de Europa con una comparativa de la dinámica del número de municipios por países entre los años 1950 y 1992: según esos datos, hasta 16 países redujeron el número de concellos en los que estaba dividido su territorio.

Austria, Finlandia, Alemania o Noruega están entre ellos, pero destacan los casos de Bélgica (que tenía 2.669 municipios en 1950 y tan solo 589 en 1992, es decir, un 78 % menos); Bulgaria (de 2.178 a 255, eliminando un 88 %); Dinamarca (1.387 en el año 1950 y 275 en 1992, un 80 % menos); Suecia (que pasó de 2.282 a 286, con una bajada del 87 %) y, por último, el Reino Unido, que en 1992 tenía 484, 1.544 menos que en la década de los cincuenta, cuando su cifra de concellos ascendía a 2.028.

En la actualidad, se produce una segunda oleada de reducción de municipios. En Suiza, por ejemplo, ciudades de nivel medio encabezan una nueva ronda de fusiones. Ocurrió también recientemente en Dinamarca, donde, desde el 1 de enero del 2007, los 275 municipios que tenía en 1992 se quedaron en tan solo 98 (agrupados en cinco regiones). En Grecia, la crisis económica llevó en el 2010 a una profunda y dura reestructuración, a través del llamado Plan Calícatres, que, entre algunos de sus aspectos básicos, establecía que no existiera ningún municipio de menos de 25.000 habitantes en la zona metropolitana de Atenas ni de menos de 10.000 en el resto del país, exceptuando las zonas más montañosas, en las que el límite se quedó en 2.000. La aplicación del plan supuso, a través de fusiones en unos casos voluntarios y en otros forzadas, pasar de 940 municipios a 325. Si se aplicase en España el criterio de Grecia (de hecho, el Consejo de Europa fija en 10.400 el umbral de vecinos por ayuntamiento para que existan unas finanzas locales saneadas), solo pasarían el corte 759 concellos. Los demás (7.357) deberían reestructurarse para una mejor racionalización y búsqueda de eficiencia. En Galicia, de los 315, 255 no llegan tampoco a ese nivel.

Sin ser voluntario

En el debate sobre la fusión de concellos en la comunidad gallega, desde la Xunta consideran que el proceso de unión deberá partir de la «voluntariedade» de las entidades locales. Asimismo, reclamaron un «gran pacto de Estado» para poner fin al minifundismo local. En cambio, no fue voluntario en Italia: el año pasado, el mal contexto económico llevó a suprimir las provincias con menos de 300.000 habitantes o con menos de 300 kilómetros cuadrados y, asimismo, la obligatoriedad de fusionarse para aquellos municipios con menos de 1.000 habitantes. De aplicarse en España este último baremo, 4.855 de los 8.116 concellos tendrían que remodelarse. En Galicia, serían 20 de los 315. Tampoco para las freguesías de Portugal hubo alternativa: este mismo año se estableció la eliminación de las que tengan menos de 150 habitantes y la fusión administrativa obligatoria para las que tengan más de 500 vecinos por kilómetro cuadrado y formen parte de municipios que superen los 2.000. Para los concellos, por ahora, es voluntario.

Con el criterio griego, 255 concellos gallegos no pasarían el corte


sábado, 14 de mayo de 2022

Más Vaciada... opiniones y realidades

 El 'invierno demográfico' crece

La ‘España vacía’, que objetivamente representa un drama en términos demográficos, solo se utiliza como eslogan de una coartada política oportunista

Editorial ABC
Actualizado:


El envejecimiento de nuestra población es un hecho y sobran estadísticas para demostrarlo. Según el criterio casi unánime de los demógrafos en sus alertas, Asturias llegaría a ser con el paso de las décadas la primera comunidad abocada a desaparecer o a extinguirse, y aunque el diagnóstico suene a apocalíptico y poco creíble hoy, la deriva poblacional, el llamado ‘invierno demográfico’, no tiene visos de superarse.
La alerta demográfica que registran algunas comunidades autónomas, y no en términos retóricos, sino muy reales, amenaza ya con una despoblación severa. Es el caso de Asturias, donde la previsión es que el año concluya por primera vez con menos de un millón de habitantes, aparte de ser la autonomía que más abortos registra en términos relativos. Asturias se configura así como icono de un doble desastre del que vienen avisando los demógrafos desde tiempo inmemorial. No se trata de un extraño caso aislado, sino de la punta de lanza de una tendencia que está dañando el indispensable crecimiento de la población desde su misma base. Asturias será la primera comunidad, pero no la última, y esto es algo que ningún gobierno en democracia ha abordado con el rigor que merece ni con la preocupación que debe generar.

El caso de Asturias es paradigmático. Sufre un éxodo habitual de ciudadanos jóvenes en busca de más y mejores oportunidades laborales; su envejecimiento avanza a pasos agigantados; y el descenso de la natalidad es muy abultado. Si a eso se une el hecho de que, junto a Cataluña, ostenta el triste récord de liderar las estadísticas abortistas, bien sea por ‘razones económicas’, bien por ‘valores culturales’, como eufemísticamente sostiene el metalenguaje demográfico, Asturias se sitúa en el centro de una tormenta perfecta. Incluso la progresiva despoblación -hay aldeas con menos de cinco habitantes- aboca a un negocio por parte de inversores que recurren a ellas para la construcción de casas rurales o complejos hoteleros, pero solo a efectos turísticos y de ocio. Nunca para tratar de rehabilitar esas poblaciones. Únicamente, meras visitas.

Tradicionalmente, y ya de manera endémica, España es uno de los países europeos con políticas de familia más pobres. Los apoyos sociales son mínimos para fomentar la tasa de natalidad y las ayudas económicas, raquíticas. Además, el recurso a la ‘España vacía’, que no ‘vaciada’, se ha quedado en un buenista invento semántico de la izquierda para tratar de beneficiarse del mundo rural con intereses electorales. Pero poco más. El Gobierno apenas adopta medidas realmente eficaces que pongan coto a la dispersión demográfica, y al mismo tiempo que los grandes núcleos urbanos crecen de modo exponencial, cientos de pueblos en España están en el trance de una extinción real. La ‘España vacía’, que objetivamente es un drama en términos demográficos, solo se utiliza como una coartada política oportunista, pero nada más. España también es víctima de enormes dificultades laborales y económicas para que los jóvenes forjen un futuro con expectativas mínimamente realistas. Faltan certidumbre y esfuerzo colectivo para lograrlo, cuando objetivamente las empresas advierten de que no solo hay más de 100.000 empleos sin cubrir por falta de tecnificación y especialización, sino que en los próximos años se llegará al millón. Algo no cuadra en la acción del Gobierno al respecto. Como no cuadra la expansión sin final de una sociedad del ocio en la que la planificación familiar se somete a un relativismo evidente y deja de ser la prioridad. Es la eterna reflexión, incluso merecedora de un auténtico Pacto de Estado, que España nunca mantiene consigo misma.

miércoles, 30 de marzo de 2022

De la Despoblación a la Repoblación , concentrar pequeños y repoblar cabeceras de comarca

 Next Educación des­taca que solo las Diputaciones se salvan del sus­penso por su apor­ta­ción a la España des­po­blada

Telefónica, Correos, REE e Hispasat, los servicios imprescindibles en el mundo rural

La falta de ca­li­dad, el ac­ceso para al es­tudio y una mejor aten­ción a la po­bla­ción ma­yor, prin­ci­pales reivin­di­ca­ciones

España Rural
España Rural

Los ha­bi­tantes de la España rural lo tienen claro. Si se quiere que esa parte de la po­bla­ción y geo­grafía pros­pe­ren, son ne­ce­sa­rias re­formas de ca­lado. En con­creto: mejor co­nec­ti­vidad en te­le­co­mu­ni­ca­cio­nes, una mayor im­pli­ca­ción de las Administraciones, me­jora de la fi­nan­cia­ción y ser­vi­cios ban­ca­rios, sub­ven­ciones a em­pren­de­dores y, fi­nal­mente como co­lofón y pa­ra­guas de todo ello, un Pacto de Estado por la Repoblación.

Esas son algunas de las principales conclusiones del estudio Evolución de la percepción de los avances en la España despoblada en el año 2021-2022, elaborado por Next Educación a través de la Cátedra de Reto Demográfico y Despoblación, que dirige Manuel Campo Vidal.

Apenas se percibe ninguna intervención empresarial o institucional positiva entre los representantes del medio rural encuestados, aunque este año esa opción baja en más de ocho puntos (llegó al 47,5% el año pasado 2021). Las plataformas, los jóvenes y los emprendedores son los más críticos al señalar que ninguna empresa ha tenido una intervención positiva en el medio rural durante el año pasado.

De modo que, en términos de percepción y ‘reputación de marca’ ganan fuerza las Diputaciones, al colocarse como la opción más votada en términos absolutos.

Correos se mantiene como la empresa más reconocida por su aportación al mundo rural (23%); mientras Telefónica y Red Eléctrica bajan en nueve y dos puntos respectivamente al conseguir el 17,5% y el 11% de las menciones respectivamente. Algo más distanciada aparece Hispasat, con el 4,33%.

Las entidades bancarias son criticadas por el 77,1% de los participantes al señalar a la Banca como el servicio básico que más ha retrocedido en el último año en el medio rural; seguido de la Sanidad (61,3%); el Comercio (51,7%), la Educación (25,7%), Farmacias (13,9%) y Aseguradoras (10,2%)

Comunicaciones y burocracia

La reivindicación fundamental, pues, y la clave para asegurar una nueva fase de progreso socioeconómico en el área rural es la falta de telecomunicaciones de calidad, cuya existencia permitiría un mayor desarrollo económico y tecnológico; mejoras de acceso para el estudio y una mejor atención a la población mayor (dominante en este entorno).

Aunque se ha mejorado la conectividad en algunas áreas, la cobertura telefónica y la accesibilidad a internet en algunas áreas, es llamativo por ejemplo, el enorme retraso que la comunicación vía satélite (con anda ancha directa e inmediata en cualquier punto) lleva en España.

Es cierto que España, tras Suiza, es el segundo país más montañoso de Europa; y que el territorio está ‘mallado’ por una red de fibra óptica que, en términos generales, da cobertura a más del 90% de la población, aunque no cubre la totalidad del territorio.

Dicho de otro modo, aún hay en España más de 2.600 pueblos que carecen de acceso a Internet a un mínimo de 10 Mbps y más de 300.000 personas que no pueden navegar ni siquiera a 2 ‘megas’; lo que amplía la brecha social y geográfica.

La mayoría de los encuestados (84,5%) considera el internet en los hogares como necesidad digital más importante para impulsar el mundo rural; mientras el 81,7% cree que la prioridad ha de ser la digitalización de los negocios y más del 59%, considera que los servicios de telemedicina o teleformación son los que deben primarse. Para el 33,8% los puntos wi-fi comunitarios son la prioridad, mientras el 25,4% considera que la principal necesidad es controlar los incendios forestales.

Para el 92,3% de los participantes en el estudio, los Fondos Next Generation y otras ayudas de la UE serán “fundamentales” para lograr este cambio que se persigue.

Aunque también es cierto que casi el 58% de ellos señala la complejidad y el exceso de burocracia como el segundo mayor freno al desarrollo de la España rural, por detrás de la descoordinación entre administraciones (59,4%, doce puntos menos que en el estudio precedente); las dificultades de conectividad y la brecha digital (58,5%), la falta de financiación (54,5%, tres puntos más que el estudio anterior) y la carencia de proyectos emprendedores (41,8%).

El estudio, que va ya por su tercera edición, se presenta hoy en el Senado con la asistencia de Cristina Narbona y destacados representantes empresariales. Ha sido elaborado a partir de las opiniones de 323 voces representativas del medio rural (individuales y colectivas), que incluyen 71 ayuntamientos y diputaciones, 59 entidades y líderes sociales y políticos, 55 periodistas rurales, 35 plataformas cívicas y ciudadanas, 53 jóvenes y 50 emprendedores. Los encuestados pertenecen a 35 provincias de doce comunidades autónomas.

De ellos, más del 66% considera que la España urbana tiene en mejor consideración a la España rural después de la pandemia del Covid y casi el 94% cree que la gestión del medio rural es crucial para la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales.

Frente a ellos, el 6.2% percibe que la gestión sostenible de las ciudades será prioritaria frente a la baja capacidad del medio rural en la lucha climática.

jueves, 3 de marzo de 2022

La despoblación exige agrupar municipios, dicen los expertos (efe Madrid22)

 

MUNICIPIOS FUSIÓN

La despoblación exige agrupar 

municipios, dicen los expertos

EFEMadrid27 feb. 2022

La España vacía, con especial mención a Castilla y León, concentra gran número de municipios que, por su insuficiente población, resultan inviables y deberían fusionarse, siguiendo el ejemplo reciente de los pueblos extremeños de Don Benito y Villanueva.
Así lo señalan tanto las estadísticas del INE, como la opinión de los expertos consultados por EFE, que apuntan cómo la dispersión de la población en pequeños municipios es inseparable del problema de la despoblación.
Todos los expertos coinciden en señalar que los municipios de menos de 5.000 habitantes (el 85 % del total) son inviables tanto administrativa como económicamente, lo que debería llevar a su agrupamiento o a su fusión.
Esa estrategia debería formar parte de las políticas contra la despoblación, un fenómeno inseparable de la dispersión de población de elevada edad en pequeños municipios, añaden.
Casi 7.000 municipios españoles están por debajo de los 5.000 habitantes, y casi un tercio de ellos se encuentra en Castilla y León, según datos del INE y estimaciones propias.
Junto a ello, hay que apuntar cómo en Castilla y León se concentra aproximadamente la mitad de los municipios de menos de 100 habitantes que hay en todo el país, aldeas casi desiertas en los fríos meses de invierno de Burgos o Soria, provincias en donde se sitúan buena parte de estos pequeños pueblos.
Los expertos consultados por EFE también coinciden en señalar que la planificación territorial ha fracasado en España cuando ha intentado seguir la tendencia de prácticamente todos los países de nuestro entorno europeo: la concentración de municipios en poblaciones de más de 10.000 habitantes.
Solo Don Benito y Villanueva, junto a alguna otra excepción, parecen haberlo entendido, explica a EFE David Ortega, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos.
DESPOBLACIÓN Y MUNICIPIOS
Tanto María Luisa Bustos Gisbert, profesora de Geografía Humana en la Universidad de Salamanca, como Javier Esparcia, catedrático de Geografía de la Universidad de Valencia y doctor en Sociología, han señalado en conversación con EFE la necesidad de que el problema de la despoblación se aborde sin perder de vista la existencia de municipios demasiado poco poblados para ser viables por sí solos.
Así, las comunidades que padecen despoblación en algunos de sus territorios, como Castilla-La Mancha, con 919 municipios, o Aragón, con 731, están a la cabeza en número de ayuntamientos, a la par con Cataluña o Andalucía, mucho más pobladas.
Pero es Castilla y León la que se lleva la palma de lejos, con 2.248 municipios, mientras las tres cuartas partes de su territorio presentan problemas graves de despoblación. La densidad de población de la comunidad es de 25 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a los 92 de media en el país.
Una de sus provincias, la de Burgos, es la que más ayuntamientos concentra, un total de 371, siempre según datos del INE.
Francisco Javier Durán García, letrado del Ayuntamiento de Villafranca de los Barros (Badajoz), secretario de la Asociación de Letrados de Entidades Locales y autor del libro “La fusión de municipios como estrategia” (2016) señala que “la cifra de 5.000 habitantes no es una referencia arbitraria. Se usa en varias leyes específicas para distinguir pequeños municipios de los de mediano tamaño”.
Durán defiende que por debajo de ese número de habitantes no es posible la autonomía local reconocida por la Constitución.
LA ESPAÑA VACÍA
En los municipios pequeños se concentran problemas típicos de la España vacía. Según datos del padrón del INE, a medida que se reduce el tamaño del municipio crece el porcentaje de personas de entre 65 y más años, que es superior a la media a partir de los 5.000 habitantes, y alcanza al 40 % en las aldeas de menos de 100 personas.
La fusión de Don Benito y Villanueva no es comparable con esos pequeños municipios, porque tienen poblaciones grandes (37.284 y 26.352 habitantes, respectivamente), pero su decisión de fusionarse ha vuelto a poner de actualidad una reforma que ha sido intentada y anunciada en varias ocasiones, sin éxito hasta el momento.
El último de esos anuncios fue publicado el pasado mes de enero, cuando Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial, declaró que el Estatuto Básico de los Municipios de Menor Población "garantizará la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, vivan donde vivan".