La fusión de municipios,
una necesidad urgente
La distribución de municipios en España, comparada con los países vecinos, evidencia que la fusión es algo imprescindible y urgente para evitar la desaparición definitiva de muchos. Reino Unido, Alemania, Suecia, Dinamarca, Austria o Noruega y más recientemente Grecia, Portugal o Italia son algunos casos de reducción drástica.
La crisis económica ha sido la causa última de un proceso que se ha venido desarrollando desde la finalización de la segunda guerra mundial.
España es el tercer país en número de municipios con 8.117 frente a 98 de Dinamarca, 466 de Reino Unido o 325 de Grecia. La media de habitantes por municipio es de 5.700 frente a los 56.000 de Dinamarca o los 136.000 del Reino Unido. Sólo cuatrocientos municipios españoles superan una población de 20.000 y casi 5.000 tienen menos de mil habitantes.
Municipios, provincias o diputaciones surgen a principios del XIX sin grandes cambios desde entonces. Los Ayuntamientos democráticos actuales asumieron cada vez más competencias impropias sin disponer de una financiación transparente e igualitaria. La duplicidad de estructuras ha hecho proliferar funcionarios, puestos de libre designación y asesores 'amigos'. Hemos tenido que sufrir gobernantes poco preparados y más preocupados por cortar cintas de inauguración de megaproyectos y rotondas que por las necesidades reales de modernización de nuestras ciudades.
Este sistema se pudo mantener gracias al urbanismo, pero el resultado fue un crecimiento descontrolado y una corrupción institucional endémica. Se hace imprescindible una reordenación de la Administración municipal que debe pasar por una fusión de estructuras que las haga viables. La Administración local es el depósito mayor de poder con que cuentan PP, PSOE, IU y nacionalistas. La fusión representa renunciar a una parte importante del control y por eso se oponen a perder sus privilegios.
Todos reconocen la necesidad de realizar esa racionalización de la Administración siempre que no se trate de 'mi pueblo', argumentando cuestiones sentimentales. Una propuesta de fusión de municipios debe basarse en datos sobre eficiencia. Muchos de los servicios que presta un Ayuntamiento pequeño serían más baratos si los realizara junto a los municipios de su entorno, pero solemos confundir la fusión administrativa con la desaparición de las tradiciones y las identidades de los pueblos. No se propone fusionar patrones ni eliminar fiestas populares, se trata de administrar mejor y más eficientemente además de reducir el número de concejales innecesarios.